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¡no somos carnivoros!

A través de estudios e investigaciones se ha encontrado que el hombre era vegetariano en sus origenes, y sólo comian carne en crisis extremas, gracias a la última era glacial El último periodo glacial empezó hace unos 110 000 años y tuvo su apogeo hace unos 20 000 años. Tuvo un colapso drástico hace unos 12 000 años, en la cual escasearon las frutas, verduras y oleaginosas.

El hombre por subsistencia comienza a comer carne animal en una dura tarea de subsistencia. ¡Imagina más de 100,000 años con escaces de vegetales! ¡Incluso crecieron nuestros colmillos para poder desgarrar la carne! Se suman a la escases de alimentos la reproducción del hombre. En principio los frutos de la tierra son suficientes, cuando las poblaciones aumentan, la agricultura no cubre todas las necesidades, ello también impulsa al hombre a la pesca y la caza.

 

El hombre descubre el fuego y así van encadenándose los hechos hasta llegar a la civilización actual, en la cual el avance tecnológico es tan grande que se va perdiendo la visión del hombre como ser humano. Llegados a este punto, comienzan los movimientos que nos están ayudando a despertar las conciencias dormidas.

La tecnología es un arma poderosísima tanto para el bien como para el mal. Aquí entra en juego el libre albedrío del hombre y su derecho a equivocarse. La tecnología debe estar al servicio del hombre y del Planeta y jamás deberían estos ser destruidos por ella. Sin embargo estamos en uno de los momentos más culminantes, en que si no damos marcha atrás y comenzamos a preservar lo que nos queda, pronto no nos quedará nada. Estamos programados geneticamente a comer carne animal, sin embargo hoy en dia tenemos mas conciencia respecto a los eventos que acontecen en nuestra vida diaria y tenemos el poder de decision

 

Más de 28 millones de cerdos, 2,5 millones de vacas (explotadas tanto por su leche como por su carne) y 700 millones de aves, además de incontables peces y otros animales no humanos mueren cada año.

 

El naturalista francés George Cuvier (1769-1832) es considerado el creador de la anatomía comparada. En uno de sus artículos dice:

"La anatomía comparada nos permite ver que el hombre se parece en todo a los animales frugívoros, y en nada a los carnívoros. La carne muerta sólo es susceptible de ser masticada y digerida por el hombre si se la disfraza y se la hace más tierna con preparativos culinarios; así, la vista de carnes crudas y sangrantes nos produce horror y repugnancia".

CARNÍVORO Tiene garras, sin poros en la piel, transpira por la lengua para refrescar la piel. No suda. Los dientes frontales son afilados y puntiagudos para desgarrar la carne. No tiene molares lisos.  Tiene glándulas salivales pequeñas, suficientes para su tipo de alimentación. Tiene saliva ácida, no posee ptialina. Su estómago segrega ácido clorhídrico muy concentrado para digerir cartílagos, nervios, músculos, etc. No mastica, devora pedazos. Tiene intestino corto, tres veces el largo de su cuerpo, para facilitar la salida de la carne, que se descompone rápido. Tiene materia fecal escasa y fétida. Evacua entre las 2 a 4 horas de comer. Tiene mucha tolerancia al ácido úrico, la urea.

 

HERBÍVORO No tiene garras, transpira por millones de poros en la piel, suda mucho. Los dientes frontales no tienen filo ni son puntiagudos, los molares son chatos para moler el alimento. Las glándulas salivales están bien desarrolladas para digerir frutas y verduras. Tiene saliva alcalina y abundante ptialina para digerir cereales. El ácido clorhídirco de su estómago es 20 veces menos concentrado que el de los carnívoros. Mastica. Su intestino es largo, 10 veces la medida del cuerpo. Los cereales y frutas tardan mucho más en descomponerse. Su materia fecal es voluminosa y no fétida. Evacua entre las 4 a 8 horas de comer, cuando no en mucho más. No tiene tolerancia al ácido úrico y la urea.

 

SER HUMANO

No tiene garras Transpira por millones de poros en la piel. Suda mucho. Los dientes frontales no tienen filo ni son puntiagudos. Los molares son chatos para moler el alimento. Las glándulas salivales están bien desarrolladas para digerir frutas y verduras. Tiene saliva alcalina y abundante Ptialina para digerir cereales. El ácido clorhídirco de su estómago es 20 veces menos concentrado que el de los carnívoros Mastica. Su intestino es largo, 12 veces la medida del cuerpo. Los cereales y frutas tardan mucho más en descomponerse. Su materia fecal es voluminosa y no fétida. Evacua entre las 4 a 8 horas de comer, cuando no en mucho más. No tiene tolerancia al ácido úrico y la urea.

 

Como podemos inferir existen grandes diferencias orgánicas entre un consumidor de carne, un herbívoro y el hombre.

El intestino de los animales carnívoros, al ser más corto, permite una rápida evacuación de la carne, evitando así la putrefacción. Si observamos, veremos que los perros evacuan prácticamente ni bien terminan de comer.

En el hombre, la carne que permanece tantas horas dentro de sus órganos internos, comienza a descomponerse. Imaginen la temperatura corporal interna, no es una heladera, por lo cual en ese lapso se originan toxinas, que a la larga van deteriorando el organismo.

El animal carnívoro tiene dientes alargados y puntiagudos para cazar a sus presas, pero no necesita los molares para masticar, ya que la carne no es digerida casi en la boca, sino en el estómago y los intestinos.

Quienes se alimentan de granos y vegetales tienen en la boca una enzima que predigiere los almidones, de ahí la importancia de una buena masticación. Las frutas, verduras y granos deben ser bien masticados e insalivados para su correcta digestión.

Como las frutas, verduras y granos tardan muchísimo más en descomponerse, al hombre le ha sido dado un intestino muy largo.

Otro factor que nos reafirma que el hombre no es carnívoro es el hecho de que el hombre debe cocinar la carne para comerla y condimentarla para darle sabor. El animal carnívoro se come a su presa tal cual la caza.

En general el hombre come su ración de carne, sin cuestionarse absolutamente nada. No siempre sería capaz de comerla si fuera testigo de la matanza del animal.

Para finalizar les contaré un hecho de la vida de Pitágoras. Éste se alimentaba de pan y miel por las mañanas y con vegetales por la tarde. Muchas veces les pagaba a los pescadores para que devolvieran los pescados al agua y una vez dijo:

"Oh compañeros, no den a sus cuerpos comidas pecaminosas. Tenemos maíz, manzanas, uvas que doblan las ramas con su peso. Existen hierbas dulces y vegetales que pueden ser cocinados y suavizados con el fuego, y a ustedes no se les raciona ni la leche ni la miel. La tierra nos da una inmensa cantidad de riquezas de inocentes alimentos y nos ofrece banquetes que no involucran derramamientos de sangre ni matanzas. Sólo las bestias satisfacen su hambre con carne y ni siquiera todas ellas."


 



 

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